Cultivar hortalizas en casa se ha convertido en una práctica habitual que no sólo ahorra dinero, sino que también aporta grandes satisfacciones. Una de las hortalizas más populares es, sin duda, el tomate.
Si has decidido iniciarte en la jardinería y te gustaría ver crecer tu propia tomatera, hoy vamos a desvelarte un consejo rápido y práctico, apto incluso para los menos experimentados.
Cultivar tomateras no es fácil y requiere un poco de conocimiento. Hoy vamos a darte algunos consejos y trucos útiles, pero sobre todo vamos a explicarte cómo hacerlo a partir de rodajas de tomate.
¿Cómo se cultiva una tomatera a partir de un tomate en rodajas?
Lo primero que hay que hacer es preparar la tierra, que en el caso de esta hortaliza debe trabajarse para que sea porosa y tenga buen drenaje. El suelo puede prepararse en otoño, antes de sembrar los tomates, mediante un acolchado, es decir, aplicando una manta de hojas o ramas secas para reducir la erosión y mantener el suelo húmedo.
Una vez que la tierra esté lista, puedes colocar las rodajas de tomate y cubrirlas con tierra. Coloca la maceta en un lugar luminoso y soleado de la casa, riega regularmente cuando la tierra esté seca y espera a que la naturaleza siga su curso. Al cabo de unas dos semanas, aparecerán los primeros brotes.
Lo primero que hay que hacer una vez que las tomateras han crecido es asegurarse de que reciben suficiente luz solar. Las tomateras jóvenes necesitan mucha luz para crecer y desarrollarse, así que colócalas en un lugar bien iluminado. También debes evitar exponerlas a temperaturas demasiado frías, ya que podrían dificultar su crecimiento.
Otra cosa importante es proporcionarles agua suficiente. Las tomateras necesitan un riego regular para mantener la tierra húmeda, pero no demasiado. Se recomienda regar cada 2 ó 3 días, procurando no mojar las hojas. No olvides abonar cada 2 ó 3 semanas con un fertilizante equilibrado que contenga una buena cantidad de nitrógeno, fósforo y potasio.