¿Haces tu propia salsa de tomate con tomates de la huerta?
Bien hecho, tienes razón: al menos sabes lo que le pones.
Pero, ¿te has dado cuenta de que a veces es bastante ácida?
Pero no te preocupes, porque se trata de un pequeño defecto que se puede reparar fácilmente.
¿Cómo se arregla?
Eso es lo que le pregunté a Marco, que regenta el restaurante italiano que tengo en el piso de abajo.
Su secreto para evitar la acidez de la salsa de tomate es muy sencillo. Compruébelo:
Lo que necesitas
- 2 kg de tomates maduros cortados en rodajas grandes
- 1 cebolla
- 4 ó 5 dientes de ajo
- sal, pimienta
- orégano
- 1 cucharadita de aceite de oliva
- pizca de bicarbonato
- picadora pequeña
- cacerola
Cómo se hace
- Pica el ajo y la cebolla en la picadora.
- Poner el aceite en la sartén y calentar.
- Cuando el aceite esté caliente, echar el ajo, la cebolla y el orégano y sofreír durante 3 minutos.
- A continuación, añadir los tomates.
- Añadir sal y pimienta.
- Cocer a fuego lento durante al menos hora y media y tapar la cazuela con una tapa que deje escapar el calor.
- Mientras se cuece la salsa de tomate, añadir una pizca de bicarbonato sódico.
- Remover de vez en cuando y dejar cocer.
- Probar.
- Si es necesario, añadir un poco de bicarbonato.
Resultado: ¡se acabó la salsa de tomate agria!
Y ¡listo! Tu salsa de tomate sabe perfecta 🙂
Fácil, rápida y deliciosa, ¿verdad?
Ya está lista para tus pizzas caseras, lasañas o para una buena boloñesa.
Realmente es un truco estupendo para recuperar una salsa un poco demasiado ácida.
Y lo mejor de todo es que no requiere ningún esfuerzo y no cuesta casi nada.
Es mejor que tirarlo todo, ¿verdad?
¡Y así es como te conviertes en un chef profesional como Cyril Lignac!
Pero, ¡cuidado! No uses más bicarbonato.
De lo contrario, le daría un sabor realmente asqueroso a la salsa.
¿Por qué el bicarbonato corrige la acidez?
El bicarbonato sódico es un pequeño polvo blanco muy útil en el hogar.
Como su nombre indica, es ligeramente salado.
Por tanto, corrige la acidez natural del tomate.
Y este es un truco que nuestras abuelas conocían bien, ya que solían utilizarlo para equilibrar un plato demasiado ácido.
¡Y aún es mejor!
Otra gran ventaja es que el bicarbonato también reduce la acidez estomacal.
Lo que también es una buena noticia para quienes tienen problemas para digerir los tomates en general.
3 consejos para combatir la acidez de la salsa de tomate
Mi abuela, que era cocinera en un castillo, solía poner un poco de azúcar en los tomates.
Ponía media cucharadita para unos 500 g de salsa.
Funciona muy bien para equilibrar el sabor.
Sólo que no es apto para todas las dietas.
Así que aquí tienes 3 alternativas:
- Añadir una verdura de sabor dulce, como una zanahoria o una calabaza. Una zanahoria es suficiente para corregir la acidez de una cacerola pequeña de salsa de tomate. Puede cortarse en daditos o rallarse para que ni siquiera se vea en la salsa.
- Añade un dátil. Si te gusta lo agridulce, esta idea te encantará. El azúcar de la fruta neutraliza de forma natural el sabor amargo del tomate. Córtalo en trozos pequeños al cocinarlo y deja que se reduzca lentamente.
- Añade caldo de pollo y cebolla. Esto se hace diluyendo la salsa con unas cucharadas de caldo de pollo y cebolla. Añada el caldo poco a poco hasta obtener una salsa a su gusto.